Decoración de casas de pueblo, inspiración y tradición

Decoracion casas de pueblo

A veces pasa más desapercibida o la relegamos a un segundo plano pero la decoración de casas de pueblo es todo un mundo por descubrir ya que puede convertirse en un aliciente que podemos explotar con ilusión una vez tengamos nuestra vivienda principal como nos gusta. Vamos a ver qué características generales cumple este tipo de decoración rústica.

  1. La decoración se adaptará al lugar donde se ubique la casa, el entorno, si está en la alta montaña o en un pueblo de playa, para que cuando entremos en ella nos sintamos completamente integrados con todo lo que nos rodea.
  2. En la decoración de casas de pueblo siempre estará presente la madera, piedra y metales. Este tipo de elementos le confieren un aspecto rústico que quizá ya tenga por sí sola pero que podemos potenciar para otorgarle una sensación de tranquilidad y armonía al hogar.
  3. Podemos hacer uso de aquello que nos proporciona la ubicación de la casa, es decir, si la vivienda está en un lugar donde hay mucha lavanda, podemos incluir un ramillete para adornar un rincón especial. Si, por otro lado, se encuentra situada en un pueblo pesquero, podemos optar por una decoración de casas de pueblo muy marinera, con elementos relacionados con la navegación y el mar, piedras, conchas, etc.
  4. Los muebles también tendrán ese aire rústico especial, bien porque sean antiguos ya y los queramos restaurar con técnicas de decapado, por ejemplo, o dejar como estén originalmente si se encuentran en buen estado, o comprando muebles que ya tenga ese estilo desde la tienda.
  5. Las flores son siempre bienvenidas en la decoración de casas de pueblo. Las podemos incluir secas en cuadros, en jarrones de cristal o barro, en cestitas de mimbre… Siempre conferirán un ambiente rústico especial, natural y alegre, darán vida a nuestra segunda vivienda.

Los colores en la decoración de casas de pueblo

Los colores que podemos incluir en la decoración de casas de pueblo dependerán también del estilo que le demos según se ubique. Así, si nos encontramos en la montaña o en entornos rurales, los colores más apropiados son aquellos con reminiscencias a la tierra, como los ocres, beige, mostazas… Los muebles en tonalidades neutras o claras darán ese toque de calma que se necesita en nuestra segunda vivienda.

Si, por otro lado, la casa se sitúa en un ambiente de mar, cerca de playa, podemos apostar por tonalidades que mezclen el blanco con el azul, por ejemplo, y le confieran ese aire marinero propio de la zona.

Por lo general, la casa de pueblo es aquel lugar al que escapamos cuando nos queremos relajar, cuando necesitamos desconectar y descansar. Por eso, la decoración debe ayudarnos a ello y no saturaremos las estancias con muchísimas cosas, únicamente con las estrictamente necesarias para que nos ayuden a calmarnos cuando visitemos este lugar, que nos ayuden a sentirnos en un espacio lleno de paz y tranquilidad.

Imagen: En mi espacio vital

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